Tres Puntos Aparte

lunes, octubre 02, 2006

Nueva... nueva....

El tiempo transcurre... despacio, lento, rápido, fugaz... Su velocidad depende de uno mismo, de como se lo vea, como se lo lea, como se lo quiera transmitir. Depende de como lo quieras disfrutar...


A veces uno piensa que el tiempo va demasiado rápido cuando se la está pasando bien. Otra veces se piensa que es demasiado lento cuando se está involucrado en algún evento aburrido. (A mi pasa que en el trabajo el tiempo vuela hasta las tres de la tarde, luego se me vuelve de lo más tedioso.) Pero cuando aprendes algo nuevo... cuando descubres cosas nuevas... cuando un abrazo te da todo el calor que necesitas por el momento... cuando entre palabras te descubres a ti mismo, cuál es la verdadera velocidad del tiempo??.


El tiempo ha transcurrido para mi de una forma justa y necesaria en estos días. Me ha permitido entender ciertas cosas, me ayudó a recobrar una fe, en mi, que creí perdida, apagada. Me hizo sentir más YO misma.

Durante cuarenta horas fui separada de la realidad, pero no fueron más que eso: 40 horas. Pero las disfruté... Cada minuto, cada segundo... ¿Será por eso que hoy ya no siento la típica ansiedad por obtener más tiempo? Hice lo que debía hacer. Hice lo que quería hacer. Obtuve lo que quería obtener. Disfruté todas las horas, minutos y segundos de la noche, acompañada de un conjunto fabuloso de estrellas en el cielo, abrazada a una energía maravillosa, cálida en toda la extensión de sus letras. Disfruté de Fobia como siempre lo quise hacer. Disfruté del agua como nunca antes lo había hecho.

Y no me arrepiento.

En ese momento yo quería detener el tiempo, pero hoy comprendo que -aunque lo hubiese querido con todas las fuerzas del mundo- no podría haberlo hecho. Porque yo estaba alejada de la realidad... Y ahora, luego del viaje de transición, quiero conjugar ese sueño con mi realidad, para crecer. Porque sé que lo haré.


Y no es hora de promesas. No... no las quiero. No quiero prometer algo que no sé como lo voy a cumplir. No quiero escuchar promesas que seguramente ya oí antes. No me quiero limitar.. quiero ser YO, así... nueva y libre. Solo quiero esto que estoy viviendo. Quiero disfrutarlo así como viene, con todas las horas, los minutos y los segundos que me falta por vivir así. Quiero seguir esta línea de aprender cada noche a través de los sonidos del silencio de mi habitación cuanto me gusta escucharme a mi misma.


Descubrí que mis lágrimas no respondían a la pena, no respondían a la alegría... Respondían al miedo. Este miedo que he llevado muy adentro por tanto tiempo. Pero luego, también descubrí que esta vez no hay razón para tenerlo. Que ya no hay razón para tener miedo. Que los sueños son sueños y la realidad, eso... realidad. Que solo está en mi la decisión para mezclarlas, que solo está en mi la decisión de entregarme a ambas... Solo yo decido ser nueva... Nueva. No otra, lean bien... NUEVA.

Los eventos más memorables de mi vida casi siempre me han ocurrido durante los fines de semana. Y este último no fue una excepción. Los días 273 y 274 del año 2006 van a tener un significado para mi... Siempre. Y espero que cuando el hijo del doctor regrese desde donde está su llegada recuerde los eventos de este fin de semana con mayor intensidad.

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